Mi nombre es Blondie, no te confundas
No me gustan las definiciones, nunca me ha gustado que me etiqueten por mis acciones. En especial porque mis acciones la mayoría del tiempo no son lo que se puede decir "buenas". Son decisiones que tomo en el calor del momento y, aunque para otros pueda sonar algo acelerado vivir la vida así, a mi la verdad me funciona. Decidí ser actriz un cinco de mayo, tenía 16 años. Acudí al teatro con con un novio de aquellos que piensan que invitarte a espectaculos culturales los hace verse más interesantes. Éste me aburría horrores así que me dedique a ignorar sus intentos de tocarme la pierna prestandole atención a la obra. Fue ahí, en una parte del monólogo que dio una de las protagonistas, cuando mi vida encontró razón :
"Si decidí ser actriz no es por los flashes, la fama o el dinero. No, simplemente decidí ser actriz porque no me soporto a mi misma"
La explicación me sonó más sincera aun cuando comprendí que resonaba en lo más profundo de mí ser. No soportaba a mi familia, sus creencias, su estupida preocupación por el que dirán y no soportaba la persona en la que me estaba convirtiendo gracias a ellos. Soy de una clase social media, sin embargo mis padres hicieron todo lo posible por pagarme los colegios más caros: "Harás buenos contactos" Trabajaron duro en la tarea de aparentar que estabamos a la altura de las circunstancias. Hubo un tiempo en el que incluso dejamos de salir los domingos porque necesitabamos ahorrar para mi viaje de pre- pre -promoción a Las Bahamas.
No hace falta decir que para mí era una mierda ese colegio. Todas vestidas igualito, haciendo caso a monjas que decían que nos comportemos igualito a ellas y que si pecábamos vayamos y se lo contemos al curita, el mismo que seguramente se pajeaba pensando en las lindas alumnitas pubertas con uniforme escolar. Era un bodrio ese colegio, nunca me sentí parte de ningún grupo y tampoco me interesó serlo, esas tipas eran insoportables. Parecían estar cortadas por la misma tijera y tener todas el mismo tono de voz, incluso cuando dije que vivía en un distrito bastante desconocido para ellas me miraron cual animal exótico.
Como si no bastara con esto, me desarrollé rápido. Lo que al principio trajo como consecuencia burlas escondidas, luego desencadenó en envidias viscerales cuando los chicos de la secundaria de al lado me invitaban a salir más a mi que a ellas. Así fue que, apenas acabé el colegio, decidí que lo mio no era la universidad pituca que mis padres tenian en la cabeza y me metí a todos los talleres de teatro que conocía. No hace falta decir que mis padres casi se mueren por la inversión perdida : "¡¿cómo vas a conseguir un buen matrimonio en ese mundo de chollywood?!"
Un bledo me importaba más que lo que ellos pensaran ( y eso que no sé qué demonios es un bledo) En todo caso, la vida del artista es dura y a mi no me gusta andar por ahí dando lástima. Ya había hecho algunos contactos, en su mayoría masculinos, cuyos apellidos eran del agrado de mi familia. Pagaban muy bien por mi compañía y es así que puedo continuar en ésta carrera. Tengo que decir que estoy avanzando a pasos agigantados, ya voy dos comerciales en la tele y en el rubro del anfitrionaje siempre soy de las primeras que eligen. Me hago llamar Blondie, porque así como, Maddona o Bono, quisiera algún día ser conocida por un nombre que yo misma me puse, no que la vida determinó para mí. Los otros me pueden llamar como les plazca: Micaela, puta, actriz de cuarta, hijita perdida, etc. Yo me he hecho sola y me llamo Blondie.