Me Llamo Blondie
-"Quedate más rato"- volvió a repetir. Yo miré al techo mientras me hacía una cola con mi cabello desordenado.
-"Imposible, tengo ensayo...ya te dije" - contesté. El olor del cuarto era una mezcla de humedad, tabaco y nuestros perfumes que se habían fundido durante la noche. El se acercó hasta el tocador en donde yo, entre bases y correctores, trataba de ocultar lo mayor posible los residuos que una noche sin dormir deja en la piel. Me tomó de la cintura y empezó a besarme el cuello, se me escarapeló la piel pero me las arregle para alejarlo lo más suavemente posible. No tenía tiempo para quedarme a jugar, tenía que estar en el estudio a las 9 am y ya eran más de las ocho -"sorry guapo"-
-"¿No me dijiste que eran tú y diez chicas más?- no vayas, aquí puedes estar segura que serás la elegida" ; Nisiquiera quise mirarlo y mientras empezaba a delinearme los ojos le respondí bajito pero clarito : - "Vete a la mierda"- Entonces se acercó de manera brusca y me besó apasionadamente mientras trataba de quitarme el vestido recién puesto. Lo volví a empujar diciendolo fuerte está vez -"NO PUEDO ¿OK? pagame y chau"-
A mi favor, tengo que decir que me reservo el derecho de admisión : sólo me acuesto con menores de treinta y cinco, solteros, medianamente atractivos y, obviamente, con billetera cara. Es por eso que éste tipo me tiene preocupada. Sí, tiene billetera cara pero probablemente la que le compró su viejo; es un niño,tiene 24. Lo conocí en una disco la noche anterior; su sonrisa de bad boy me sedujo de inmediato. Bailamos un poco y cuando me dijo para irnos a otro lado le respondí con una sonrisa cuál era mi tarifa. Pensé que con esto le entraría miedo y haría que se largue de una vez, dejándome ésta noche tranquila ya que al otro día tenía un casting, pero, al contrario, creo que el costo de la noche terminó exitándolo más.
Para ser un niño tiene mucho de hombre. La verdad, no me quejo, fue una noche maravillosa y es de las pocas ocasiones en las que ha resultado que no he tenido que fingir absolutamente nada. Lo más extrañó sucedió después, cuando nos pusimos a hablar. Suena mal, pero por alguna extraña razon abrí más que las piernas con el...le abrí mi alma. Le conté mis ganas de ser actriz, lo mal que me sentía a veces haciendo lo que hacía. Le dije que no me gustaba, pero que prefería ésto a ser como esas actrisuchas que trabajan de meseras para pagarse un cuarto asqueroso en el centro de Lima, creo que hasta lloré un poquito. Me abrazó, me besó y en ningún momento me sentí juzgada.
Cuando desperté me encontré sintiendo la resaca de la vida, no había tomado ni gota de alcohol pero la había cagado totalmente ¿qué hago yo contandole mis debilidades a un chibolo? ¡Mierda! ya son casi las ocho y el casting es a las nueve, con el tráfico me lleva casi una hora llegar ahí.
-"Yo te jalo" - me dijo
- "No, no te preocupes en un taxi llego al toque"-respondía mientras iba recogiendo mi cartera de la silla
-"¿Te volveré a ver?"-
-"No"- se lo dije con indiferencia mientras me iba acercando a la puerta
-"Pagaré"- se acercó corriendo y me detuvo
-"Nó, olvidalo"- lo dije rápido y sin mirarlo a los ojos, buscando distraida la puerta, "necesito huir..." pensaba.
-"¿Por qué, acaso no te gustó? no puedes fingir tan bien" - y me sonrío..."dios sonríe tan bonito, me lo volveríaa coger ahora mismo"
-"Si puedo, soy actriz, dame la plata y chau"- ahí sí lo mire y no me tembló la voz
-"No te creo un carajo"- replicó con seguridad absoluta ¡dios! esté hombre me lee completa
-"No me importa que me creas...porfavor me tengo que ir"- a estás alturas ya estába bastante nerviosa
-"Está bien, pero prometeme otra noche"- ¡que insistente!
-"Te cobraré el doble"- ese fue mi último intento de detenerlo
-"Te pagaría el triple"
En silencio nos miramos...¡mierda me arrancó una sonrisa!... Rendida, acepté, -"Ya, ya, llámame mañana"- En su rostro se dibujo una sonrisa de triunfo: - "Te llevaré a cenar a un sitio rico"-
No puedo creerlo ¿qué se cree? ¿que voy a ser su señorita enamorada?...¡maldita sea! 8:30, me voy. Siento como su mirada me sigue mientras salgo por la puerta que cruzo con determinación y sin mirar atrás, mientras en mi interior surgen las ganas incontenibles de regresar a sus brazos y quedarme ahí todo el tiempo que dure el hechizo.